Tu que te engendras en la mente de los fanáticos
esos que siguen a hombres avaros y ambiciosos
repletos de ideas demagógicas
capaces de venderle versos al escritor más talentoso.
Esos, que con sus embelesantés labios
endulzan los oídos de los humildes
con promesas de resurrección y vida eterna
otorgándote en sus pobres mentes, una nueva morada.
Que a pesar de contradecirse en sus múltiples concilios
basta con que se dirijan al pueblo con un discurso bien maquillado
para que estos, aletargados e indecisos
los acepten enérgicamente con una lluvia de aplausos
facilitándote de este modo, una masiva multiplicación entre las masas.
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