domingo, 6 de noviembre de 2011

Contemplación de la decadencia.


Helada y fría como la noche
manteniendo aun su oscura belleza
el susurro del viento se une con el aullar de los lobos
y los ecos producidos por piedras que caen hacia la estancada agua.

El silencio recorre el lugar
pero es mas bien como un grito sordo
que te penetra la piel y se escabulle con tu aliento
quitándote el aire y obligándote a respirar lento…
cada vez mas lento.

Los empañados vitrales muestran una débil figura
tan blanca y pálida como se cree a la muerte
solloza y gime con un triste lamento
y espera en un amplio, triste y muerto silencio
espera,
espera…

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